El gobernador ya dio la orden a sus diputados de que voten por Cuesta para conducir la administración del Parlamento provincial. Malestar y asombro en sectores del “coquismo”.
En el Frente de Todos nadie oculta su sorpresa por el acuerdo al que arribó Jorge Capitanich con Gustavo Martínez, a quien le ampliará su cuota de poder cediéndole la presidencia de la Legislatura, cargo que esta semana pasará a manos de Elida Cuesta, esposa del intendente de Resistencia.
La versión comenzó como un rumor pero hoy todas las fuentes del oficialismo la confirman. La movida se formalizaría este jueves por la tarde, con una sesión en la que se tomará juramento a los nuevos diputados provinciales elegidos en las elecciones del 14 de noviembre y luego se procederá a votar cuáles serán las nuevas autoridades de la Cámara.
Hasta hace unos días todo parecía encaminado para la continuidad de Hugo Sager, el presidente actual, aunque se sabía que otros legisladores tenían aspiraciones para el mismo sillón, como Atlanto Honcheruk, quien metía presión y se mostraba dispuesto a competir por la presidencia legislativa.
Giro inesperado

Era conocido que Martínez, a través de los diputados -de su línea interna- con que cuenta en la Legislatura, iba a negociar espacios aprovechando que esos votos son decisivos para las definiciones. Pero lo que pocos imaginaban era que el referente del peronismo capitalino iba a lograr nada menos que el premio mayor: la presidencia misma.
La decisión de Capitanich fue comunicada el lunes de esta semana a los diputados y otros dirigentes del Frente de Todos, dejando boquiabiertos a varios. La orden es que voten por Elida Cuesta para reemplazar a Sager (que, no obstante, tiene dos años más de mandato) en la titularidad del Poder Legislativo.
En las comunicaciones en off, prácticamente todos los dirigentes del “coquismo” consultados expresan una sensación de descontento o de desacuerdo con el arreglo entre el gobernador y el intendente. Es que la relación entre “coquistas” y “gustavistas” nunca fue buena, más allá de las conveniencias coyunturales que unieron tácticas y estructuras, como sucedió en las elecciones de noviembre luego de la dura derrota sufrida por el Frente de Todos en los comicios primarios de septiembre.
En el caso de Resistencia, Martínez recibió en las PASO una verdadera paliza. En las generales mejoró un poco los números, pero aun así la diferencia obtenida por Juntos por el Cambio en la capital fue inmensa, de más de diez puntos, derrota oficialista que se pudo compensar con las victorias que el peronismo obtuvo en las demás localidades del Gran Resistencia y en el interior (excepto Sáenz Peña, donde también fue amplio el triunfo de la oposición).
Por eso también sorprendió que Capitanich termine premiando al dirigente más golpeado por las elecciones. Algunas figuras leales al gobernador creen que, en realidad, la explicación del pacto está en algún compromiso recíproco más de fondo, que todavía no está a la vista y podría hacerse evidente en 2023. Y otros consideran que el cargo en la Cámara fue parte de lo negociado este año para la “lista de unidad” que conformaron los sectores liderados por Capitanich y por Martínez.
Como sea, lo concreto es que el acuerdo -o su primera parte, si es que el trato es parte de un entendimiento mayor- se plasmará en la sesión de este jueves, cuando Cuesta -que ya estuvo al frente de la Legislatura antes- volverá a la presidencia del Parlamento y se convertirá en la segunda persona en la línea sucesoria del gobernador, detrás de la vicegobernadora Analía Rach.
En fuerzas aliadas del Partido Justicialista, como el Frente Grande y el PTP-PCR, la sorpresa y el malestar por el acuerdo eran mayores, y podría haber expresiones públicas que lo sinceren.